De Berlín a Riad: Rechazo Global al Plan de Israel para Ocupar Ciudad de Gaza

GINEBRA.- La decisión del gabinete de seguridad israelí de autorizar una toma de control militar de Ciudad de Gaza ha desatado una cascada de condenas internacionales este viernes, uniendo a aliados y adversarios en una crítica casi unánime y aislando la postura de Tel Aviv.

En un giro diplomático de gran magnitud, Alemania, uno de los aliados más firmes de Israel, anunció la suspensión de la exportación de armas que pudieran ser utilizadas en la ofensiva. El canciller alemán, Friedrich Merz, declaró que es “cada vez más difícil de entender” la estrategia militar israelí, marcando una drástica ruptura con la política tradicional de Berlín.

Esta contundente reacción europea fue secundada por las principales instituciones y países del continente. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, exigió a Israel “dar marcha atrás” y pidió un “alto el fuego de forma inmediata”. Desde Londres, el primer ministro Keir Starmer calificó la decisión como un “error” que “solo provocará más masacres”. En la misma línea, España condenó “firmemente” la escalada y Bélgica convocó a la embajadora israelí para expresar su “total desacuerdo”.

Un Clamor desde la ONU y las Potencias Regionales

Las Naciones Unidas elevaron la voz a través de su Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Volker Türk, quien urgió a “detener de inmediato” un plan que contraviene las decisiones de la Corte Internacional de Justicia y el derecho palestino a la autodeterminación. Desde Asia, China expresó sus “serias preocupaciones” e instó a Israel a cesar sus “acciones peligrosas”.

La respuesta en el mundo árabe e islámico fue de repudio categórico. El movimiento Hamás lo calificó como un “nuevo crimen de guerra”, mientras que el rey Abdalá II de Jordania manifestó su “rechazo absoluto” al plan.

Arabia Saudita condenó la continuación de las “prácticas brutales y la limpieza étnica”, y Egipto expresó su rechazo “en los términos más enérgicos”. Turquía, por su parte, hizo un llamado a la comunidad internacional para impedir lo que considera un intento de “desplazar por la fuerza a los palestinos de su propia tierra”.

En conjunto, la ola de críticas perfila un escenario de profunda preocupación global ante una acción que, según la mayoría de las voces internacionales, solo agravará la ya catastrófica situación humanitaria y alejará cualquier posibilidad de paz.