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6 de noviembre de 2025 | 11:48 pm

Del Ruido al Pensamiento: Jesús Quintero y el Deber de Volver a lo que Nos Hace Mejores

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Por Lic. Jeffrin G Pacheco Reyes, Santo Domingo, RD – 7 de noviembre de 2025 | Actualizado a las 00:00

Hay momentos en que una sociedad tiene que detenerse, respirar hondo y mirarse al espejo para preguntarse con vergüenza y con verdad: ¿a dónde hemos caído?

¿Cómo es posible que la televisión, las redes y los celulares se hayan convertido en un vertedero de gritos, vulgaridades y banalidades sin sentido, mientras los libros se empolvan, los buenos documentales sobre el conocimiento se ignoran y el pensamiento se apaga poco a poco?

¿En qué instante aceptamos que el ruido valiera más que una idea, que una grosería pesara más que una verdad, o que una pantalla vacía sustituyera el alma de la palabra?

El Hombre que Vio Antes que Todos

Jesús Quintero (1940–2022) fue uno de esos hombres adelantados a su tiempo. No se puede entender la televisión española ni el arte de la entrevista con alma sin mencionar su nombre. Su voz pausada, su silencio cargado de sentido, su mirada que desnudaba al entrevistado… eran su sello. No buscaba que el invitado hablara: lo invitaba a confesarse.

Dos frases suyas retratan exactamente lo que vivimos hoy:

“No estoy en guerra con nadie, solo con el ruido del mundo.”
“Nunca se cobra suficiente por traicionarse.”

Jesús Quintero convirtió el silencio en un bisturí y la palabra en un espejo. Y ese espejo, si nos atrevemos a mirarlo, hoy nos devuelve una imagen dolorosa: una sociedad que se traiciona a sí misma cada vez que prefiere la ignorancia sobre el pensamiento.

El Ruido como Hábito (y la Traición como Rutina)

Solo hay que mirar lo que muchos consumen hoy: programas huecos, vacíos de contenido, donde lo vulgar se celebra y la grosería se disfraza de autenticidad. “La Casa de los Locos” y tantos otros formatos similares no son entretenimiento: son entrenamiento para la mediocridad.

En 1987, en una de sus entrevistas, Quintero lanzó una frase que hoy suena como profecía:

“Lo peor no es ser malo, sino banalizar el daño que se hace.”

Y eso es exactamente lo que estamos haciendo: banalizando el daño. Nos reímos de lo absurdo, aplaudimos lo vulgar y compartimos lo que nos degrada.

Como dijo el otro genio, Baruch Spinoza:

“La ignorancia no es una falta de saber, es una elección.”

La traición de la que hablaba Quintero no era solo moral, sino intelectual. Cada vez que cambiamos una hora de lectura por una hora de gritería, nos traicionamos. Cada vez que sustituimos el criterio por el morbo, nos traicionamos. Cada vez que cambiamos la conversación por el espectáculo, nos traicionamos todos.

Lamentablemente, la moda actual es una epidemia inducida: lo vulgar se viraliza y lo valioso se ignora.

Lo que Sí Nos Alimenta

Y no se trata de nostalgia, sino de higiene del alma. YouTube, bien usado, es una biblioteca inmensa si uno sabe buscar. No dejen de hacerlo.

  • Jesús Quintero: Entrevistas con Antonio Gala, Sabina, María Jiménez, Camilo Sesto y otros. Conversaciones con pausas, verdad y humanidad.
  • Joaquín Soler Serrano – A fondo: Entrevistas memorables con Borges, Cortázar, Benedetti, Vargas Llosa, Rafael Alberti, Teresa de Calcuta, Dalí, Sábato, Josep Pla… verdaderas cátedras de sabiduría y arte.
  • Películas basadas en hechos reales, buena música y documentales: no son “tareas escolares”; son gimnasios del criterio, entrenamientos del alma.

Como dice el erudito doctor Ricardo Nieves:

“La lectura es para el cerebro lo que el gimnasio es para los músculos.”

Y tiene razón. Una sola hora al día dedicada a este tipo de contenido vale más que cien horas de programas donde nadie aprende nada. Porque está demostrado: lo que ves, te hace… y lo que consumes, te define.

Juventud: Esto es con Ustedes

A los jóvenes, con respeto y firmeza: no regalen su inteligencia. No desperdicien lo más valioso que tienen: el tiempo.

El algoritmo sirve al hábito: si consumen basura, les dará basura. Si buscan entrevistas con maestros, libros que los reten, buena música, cine de verdad y conversaciones que los nutran, el algoritmo se rendirá ante su voluntad.

No confundan popularidad con valor, ni ruido con verdad.

Como decía Quintero:

“La guerra no es contra las personas, es contra el ruido.”

Un Espejo que Todavía Incomoda

Jesús Quintero no fue perfecto porque lo perfecto es inhumano, pero fue verdadero, y eso es infinitamente más difícil. Su legado nos recuerda que el periodismo, la cultura y la conversación pública son un servicio: dar luz, no humo; elevar, no hundir; pensar, no vociferar.

Si hoy los medios celebran el vacío, la respuesta no es quejarse: es cambiar de canal, cambiar de hábito y cambiar de mentalidad.

Y es que la vida sin conciencia no vale la pena, el éxito sin decencia es derrota, y lo más triste no es morir, sino vivir sin haber dicho lo que uno piensa.

Por eso les digo, con conciencia de causa:
Cada hora que consumimos algo que nos suma, nos hace; cada hora que vemos basura, nos deshace.

Para Pensar y Actuar

No vean este escrito como un regaño, sino como un llamado. Volvamos a los maestros, a los pensadores, a la palabra que respira.

Y cuando la tentación del ruido nos ronde, recordemos a Jesús Quintero, el hombre que vio antes que todos, y que nos dejó una brújula sencilla pero eterna:
Cultivar el intelecto, la honestidad, la verdad… y, sobre todo, la conciencia.

La vida.