11 de septiembre de 2025
El Poder del Agradecimiento: Un Pequeño Gesto que Cambia Todo
Santo Domingo, 11 de septiembre de 2025
Nosotras, las madres, somos expertas en mil cosas: cambiar pañales con una mano, resolver crisis en cinco minutos y llevar la casa, el trabajo y los hijos como si fuéramos malabaristas. Pero, ¿sabes qué se nos olvida a veces? Dar las gracias. Entre el corre corre de la vida, pedimos mucho, exigimos bastante, pero pocas veces hacemos una pausa para decir un simple “gracias”. Hoy hablemos del agradecimiento, ese pequeño gesto que puede transformar nuestro día y el de quienes nos rodean.

Agradecer las Pequeñas Cosas
No hablo solo de agradecerle a Dios (¡que también!), sino de valorar esas pequeñeces que hacen la vida más bonita. Ese café calientico que alguien te preparó en la mañana, que los muchachos lleguen sanos del colegio, el mensaje de ánimo de tu mamá, o esa amiga que te escucha sin juzgarte. Esas cosas, que parecen detalles, son las que llenan el corazón si las miramos con ojos de gratitud.
El agradecimiento es como un músculo: si no lo usas, se duerme. Pero cuando lo ejercitas, te cambia el ánimo. Porque, seamos sinceras, siempre habrá algo que nos falte, pero también siempre habrá algo por lo cual dar gracias.

Enseñar con el Ejemplo
Como madres, tenemos una misión especial: enseñar con el ejemplo. Si nuestros hijos nos ven quejándonos todo el tiempo, crecerán pensando que nada es suficiente. Pero si nos escuchan decir: “Gracias por recoger la mesa” o “Gracias por ese abrazo”, aprenderán a valorar lo que tienen y a reconocer lo bueno en los demás.

“Un ‘gracias’ no solo alegra el corazón, sino que siembra valores en nuestros hijos.”
El agradecimiento no solo forma a nuestros hijos, sino que también nos une como familia. Cuando agradecemos, dejamos de enfocarnos en las discusiones pequeñas o en lo que nos separa, y recordamos lo mucho que tenemos en común. Un simple “gracias” puede cerrar una pelea, suavizar un mal rato e incluso fortalecer un matrimonio.
Una Invitación a la Gratitud
Mi propuesta esta semana es sencilla: haz una pausa y agradece. Escríbelo en una nota, dilo en voz alta o compártelo en tu grupo de WhatsApp con tus amigas. Te prometo que cuando el corazón se llena de gratitud, la vida se siente más ligera. Hasta las rutinas más pesadas, como lavar los platos o correr detrás de los niños, se vuelven más llevaderas.
De madre a madre: no dejes que el corre corre te robe la oportunidad de agradecer. Ese pequeño gesto puede cambiarte el día a ti, a tus hijos y a quienes te rodean.
¿Por qué estás agradecida hoy? Comparte en los comentarios qué pequeño detalle te ha sacado una sonrisa esta semana. ¡Vamos a llenar este espacio de gratitud!