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21 de julio de 2025

Jardín Botánico en la Mira: ¿Progreso o Sacrificio Ambiental?

M2Noticias: SANTO DOMINGO, República Dominicana – Un intenso y polarizado debate ha estallado en la capital dominicana en torno al controvertido proyecto de mutilación parcial del Jardín Botánico Nacional, una medida propuesta para facilitar la ampliación de la avenida Colombia. Esta iniciativa ha puesto a la ciudad frente a una disyuntiva crítica: ¿es aceptable sacrificar un patrimonio natural invaluable en aras de aliviar la congestión vehicular en una zona específica?

Por casi medio siglo, el Jardín Botánico ha fungido como el santuario de biodiversidad más relevante de nuestra urbe. Con sus dos millones de metros cuadrados de exuberante vegetación, alberga especies endémicas, un herbario científico de valor incalculable y se erige como un espacio educativo fundamental para las presentes y futuras generaciones. Su rol como “pulmón urbano” es incuestionable: mitiga el calor asfixiante, filtra contaminantes y ofrece un vital refugio psicológico en medio del ajetreo metropolitano.

La Academia de Ciencias ha sido enfática al señalar que, en plena crisis climática global, la tendencia mundial apunta a la expansión de las áreas verdes, no a su reducción. Sin embargo, el gobierno insiste en que el impacto de la obra será “mínimo”, afectando apenas un 0.001% del área total del jardín. Como “compensación” por este recorte de 11,000 metros cuadrados, se promete la construcción de un túnel de 580 metros frente al jardín, la creación de 30,000 metros cuadrados de nuevo parque y la ampliación de otras áreas verdes.

No obstante, estas promesas ocultan paradojas inquietantes. La reducción de 11,000 metros cuadrados representa, de hecho, una sensible fractura a un ecosistema delicado y consolidado. A pesar de anunciar estudios detallados, el gobierno no ha transparentado las evaluaciones de impactos integrales ni las alternativas consideradas para abordar el caos vehicular, un problema que, cabe destacar, es generalizado en toda la ciudad.

Resulta inexplicable la falta de un diálogo constructivo entre el gobierno y la sociedad civil ante un proyecto de esta magnitud. Mientras el ministro de Medio Ambiente califica la obra de “delicada” pero “inevitable”, científicos, urbanistas y diversas organizaciones de la sociedad civil proponen activamente soluciones alternativas para mejorar el tránsito sin comprometer el patrimonio natural.

Aceptar esta mutilación sentaría un precedente nefasto, abriendo la puerta a que cualquier espacio verde pueda ser recortado bajo el argumento del “progreso”. La propuesta de blindaje más sólida, planteada por diversos sectores, es que el Congreso apruebe una ley que declare al Jardín Botánico como Área Protegida en la categoría de Parque Nacional.

La mejora del tránsito por la avenida Colombia es una necesidad innegable y debe abordarse, pero la postura de la sociedad civil es clara: no debe hacerse a costa del sacrificio de nuestro invaluable Jardín Botánico.