29 de agosto de 2025
Pastos C4 y Energía Verde: La Apuesta Sueca que Echa Raíces en República Dominicana
Santo Domingo, 29 de agosto de 2025 | 10:00
En un país donde más del 80% del combustible consumido es importado, cada fluctuación en el precio del petróleo impacta directamente en la economía dominicana. La dependencia energética representa una vulnerabilidad crónica, pero una startup sueca ve en los pastos C4 perennes —un recurso nativo que crece en suelos marginales— una solución sostenible. Jord AB, una empresa bioenergética fundada en 2017 en Estocolmo, está instalando su primera planta industrial en San Pedro de Macorís para procesar gramíneas C4 cultivadas localmente y convertirlas en biocombustibles sólidos renovables, como “pellets blancos” y “pellets negros”. Estos productos buscan reemplazar combustibles fósiles en la generación eléctrica e industrial, promoviendo la independencia energética y la regeneración de tierras degradadas.

Peder Dagsanth, CEO de Jord, explica: “Nuestra visión es simple: transformar tierras marginales en ecosistemas productivos y usar lo que crece allí para alimentar el futuro. Se trata de independencia energética, resiliencia climática y creación de valor a largo plazo donde más se necesita”. Esta iniciativa, respaldada por alianzas con fondos como Indigo Partners y nominada al Earthshot Prize 2025, representa un paso clave hacia la bioeconomía en República Dominicana, un país que aspira a alcanzar el 25% de energías renovables para 2025 y el 30% para 2030.
De Tierras Marginales a Oportunidades Sostenibles
Las gramíneas C4, como Napier, Switchgrass y Miscanthus, son ideales para suelos degradados o de baja fertilidad, áreas comunes en el este dominicano. A diferencia de cultivos alimentarios, estas perennes prosperan con mínimo agua y fertilizantes, mejorando la biodiversidad y la salud del suelo con el tiempo. En San Pedro de Macorís, Jord ha desarrollado más de 500 hectáreas de cultivo, con planes de expansión a miles de hectáreas. La planta, en construcción con financiamiento de SEK 10 millones (alrededor de EUR 870,000) recaudados en 2024, producirá decenas de miles de toneladas de pellets al año, suficientes para abastecer industrias locales como cementeras y centrales eléctricas.
El proceso de Jord es holístico: las gramíneas absorben CO₂ durante el crecimiento (hasta 100 barriles de equivalente de petróleo por hectárea al año), se cosechan hasta cuatro veces por año y se convierten en pellets densos y duraderos gracias al alto contenido de lignina. Estos biocombustibles son CO₂e-negativos, ya que el carbono liberado al quemarlos es reabsorbido en el ciclo natural. Además, Jord genera biochar —un subproducto que se usa como enmienda del suelo— para secuestrar carbono por siglos. En Senegal, su primera operación desde 2017, Jord ya produce 36,000 toneladas anuales por 1,000 hectáreas, y en RD busca replicar este modelo con énfasis en empleo rural.
Empleos, Capacitación e Investigación Local
El proyecto no solo es ambiental: se proyecta generar cientos de empleos directos en cultivo, cosecha y operaciones de la planta, más puestos técnicos y administrativos. Jord ha expandido su equipo en RD a 16 empleados a tiempo completo, invirtiendo en equipo moderno y tecnología para agricultura regenerativa. Alianzas con universidades dominicanas avanzarán en investigación sobre biomasa, salud del suelo y captura de carbono, posicionando al país como líder regional en bioenergía.
Eva Teekens, directora comercial de Jord, afirma: “Esto es un win-win: creamos empleo calificado y apoyamos la transición hacia una bioeconomía. Al producir energía localmente, RD fortalece su resiliencia y reduce exposición a la volatilidad global de fósiles”. La empresa colabora con socios como TEXEL Energy para generar electricidad de pellets C4, y Borga Group para créditos de carbono, vendiendo 36,000 unidades anuales para construcción neutral en carbono.
Una Visión Nórdica con Raíces Dominicanas
Fundada por Peder Dagsanth, inspirado en la gestión forestal sueca, Jord opera en Senegal (70 hectáreas desde 2017) y RD (500 hectáreas desde 2020), enfocándose en restaurar el ciclo del carbono. En RD, el proyecto en San Pedro de Macorís —una zona con tradición azucarera y puertos clave— aprovecha suelos marginales para producir pellets que reemplacen carbón y fuelóleo. La primera línea de producción estará lista a finales de 2025, con planes para biocrudo en aviación y marítimo vía Votion Biorefineries.
Jord ve a RD como escaparate para el Caribe, con nominaciones como el Earthshot Prize y membresía en la World Bioenergy Association. “RD puede convertirse en un centro regional de combustibles sostenibles”, dice Dagsanth. Esto alinea con metas nacionales de renovables y contribuye a la descarbonización, evitando 30,000 toneladas de CO₂ anuales por unidad inicial.
Perspectivas y Desafíos
Para un país dependiente de importaciones (80% de combustibles), el modelo de Jord ofrece resiliencia: pellets locales reducen costos y emisiones, mientras restauran suelos y generan ingresos rurales. Sin embargo, desafíos incluyen escalabilidad (actualmente 300 hectáreas plantadas, expandiendo semanalmente) y financiamiento. Con financiamiento reciente y alianzas, Jord proyecta break-even en 2-3 años. Esta apuesta nórdica echa raíces en RD, demostrando que la transición energética puede nacer de la tierra local, impulsando un futuro verde y autosuficiente.