“Soy pensadora compulsiva. Si no me das una respuesta, me creo una”

Un viaje por la mente de una overthinker profesional

Mira… yo sé que la mente debería ser un lugar de descanso, pero la mía parece un call center en temporada alta.

Y es que a mí no se me puede dejar en visto, ni decirme “luego hablamos”, ni lanzarme un “ok” así sin emoción. Porque yo no recibo eso como una respuesta: lo recibo como un problema.

Si tú no me das una respuesta… yo me invento tres. Y ninguna tiene final feliz.

Por ejemplo ¿Tú me dijiste “todo bien”? Perfecto!!! Pero, mi cerebro asumió que no quieres verme nunca más, que te mudaste con otra y que borraste nuestras fotos porque ya me superaste… con una que seguro no se depila, pero te entiende.

Si porque soy pensadora compulsiva… Y antes de que me quieran aclarar las cosas, ya yo hice una novela, hice un casting y me di el Oscar al papel de “la que sufre en silencio pero tiene dignidad”.

El problema es que la falta de respuestas no me da paz, me da… creatividad 🧠; papi dice que es ansiedad pero no, es creatividad.

Entonces, querido ser humano que me responde con una palabra, con un emoji o una carita y con un silencio eterno… ¡hazme un favor a todas las pensadoras compulsivas yo! Sé claro. Sé directo. Sé adulto.

Porque si no vas a hablar, yo voy a pensar… y recuerda, el voy a pensar (para mí) es… me voy a inventar una historia donde tú eres el malo… y yo soy una sobreviviente a tus maltratos… En mi versión… tú no sales muy bien parado.

Si no me das una respuesta, yo me creo una. Pero con esa una; me la creo, te lloro, te supero… y después te bloqueo. Y ya! ¿Oí’te? 🖤

¡Cuéntame tu historia!