19 de agosto de 2025
Villa La Caracola, Mansión Atribuida a Nicolás Maduro, en Ruinas
Cap Cana, 19 de agosto de 2025
La lujosa Villa La Caracola, ubicada frente a Playa Juanillo en el exclusivo enclave de Cap Cana, República Dominicana, y atribuida al presidente venezolano Nicolás Maduro, se encuentra en un avanzado estado de deterioro. Incautada por autoridades estadounidenses por su vinculación con corrupción y narcotráfico, la mansión de 3,000 m² sobre un terreno de 6,000 m², originalmente adquirida por 13 millones de dólares y revendida por 18 millones, presenta hoy un panorama desolador: piscina y jacuzzi vacíos, techos con filtraciones, ventanales rotos y vegetación invadiendo la fachada.
Un Símbolo de Opulencia Caída
Diseñada por el estudio Campagna Ricart y Asociados, la villa formaba parte de las residencias “Fundador Golf” en Cap Cana, con nueve suites, diez baños, cocina gourmet, piscina infinita, helipuerto, spa, gimnasio y acceso a servicios exclusivos. Según el Departamento del Tesoro de EE.UU., fue adquirida a través del empresario Samark José López Bello, señalado como testaferro de Tareck El Aissami y representante de los intereses de Maduro. La propiedad fue incautada como parte de un paquete de bienes valorado en más de 700 millones de dólares, que incluye mansiones en Florida, aviones privados, vehículos de lujo, joyas y efectivo.
Conexión con el Chavismo
Fuentes indican que Cilia Flores, esposa de Maduro, se refugió en la villa durante la “Operación Libertad” de abril de 2019, cuando temía un colapso del régimen venezolano. En mayo de ese año, autoridades dominicanas y estadounidenses allanaron propiedades de López Bello en Cap Cana, incluyendo La Caracola. En 2024, López fue detenido en Venezuela por su presunta implicación en el caso PDVSA-Cripto, una red que desvió ingresos petroleros mediante operaciones opacas y criptomonedas.
Una Ofensiva Contra la Corrupción
La fiscal estadounidense Pam Bondi describió la red de Maduro como una “organización mafiosa” que opera como un cartel. El Departamento de Estado elevó la recompensa por la captura de Maduro a 50 millones de dólares, la más alta ofrecida por un individuo. Desde Caracas, el canciller Yván Gil calificó la operación como “teatro político”, mientras Maduro negó poseer propiedades o cuentas en el extranjero.
Un Trofeo Vacío
Hoy, Villa La Caracola permanece como una ruina silenciosa, un símbolo de la opulencia financiada por fondos oscuros y un recordatorio de los esfuerzos internacionales por desmantelar redes de corrupción transnacional.